1.1. Sobre el origen de la educación especial. pag 123.
Las raíces de la educación especial se encuentran en los comienzos de 1800. Antes de esa fecha, poca o ninguna atención se prestó al desarrollo de las capacidades de las personas con deficiencias o minusvalía como se les denominaba.
Los trabajos de los médicos franceses Pinel, Esquirol, Itard y Séguin en estos años, establecieron una serie de principios que conforman las bases de la educación especial de hoy:
- Enseñanza individualizada.
- Tareas graduadas, de más simple a más complejas, y segmentadas.
- Énfasis en la estimulación sensorial.
- Ambiente estructurado.
- Refuerzo inmediato de las conductas deseadas.
- Ayuda en habilidades funcionales.
- Creencia de que todos podían beneficiarse de la educación.
Los primeros años de trabajo en esta área fueron de puro entusiasmo a pesar de que cronistas, como Lazerson, consideran que lo que empezó con un fin humanitario, se convirtió en segregación, desde el sistema educativo, a todos los alumnos que se percibían como problemáticos y difíciles, para eliminarlos de las aulas ordinarias.
El humanismo y el control, siempre se mantuvieron en tensión. Y en último término, el conflicto se resolvió a favor del control.
Los administradores educativos accedieron a la creación de las aulas especiales, porque estaban convencidos de que, al eliminar de las aulas ordinarias a los alumnos difíciles de enseñar, lograrían contener la desorganización que su presencia imponía al trabajo de los maestros y que dificultaba el progreso de los otros alumnos.
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