3.1. Mujeres y Ciencia en la Unión Europea. pag 209.
Esta línea de trabajo analiza la escasa presencia de las mujeres en la investigación científica y en el desarrollo tecnológico, pues aunque son mayoría en los estudios universitarios y están cada vez más presentes en la vida económica, social y científica, su presencia en el ámbito de la ciencia y la tecnología evoluciona lentamente.
El Parlamento Europeo ha manifestado creciente interés político por la promoción de las mujeres en la investigación.
La subrepresentación de las mujeres en la investigación, no es defendible, ni permisible para la competitividad del conocimiento. Se trata de desarrollar un enfoque coherente e integrado que propicie un aumento significativo de su participación a lo largo y ancho de los Programas Marco comunitarios de Investigación.
Asimismo, se trata de impulsar en los países de la Unión Europea las políticas y prácticas más exitosas para la igualdad en este ámbito y en general.
A través de sus programas comunitarios de educación, formación profesional, redes temáticas, exposiciones ambulantes y otros, la Unión Europea ofrece la posibilidad de apoyar proyectos que promuevan la diversificación de la elección de estudios y den a la investigación científica un rostro más equitativo y menos convencional.
Los datos sobre la situación laboral de las mujeres científicas presentan una situación nada satisfactoria.
El paso de las mujeres por la carrera científica puede compararse con un tubo perforado. Tras la obtención del título, encuentran diversos obstáculos en la carrera profesional que llevan a un importante porcentaje de ellas al subempleo y al abandono de la carrera científica.
Las mujeres que permaneccen en la carrera científica sufren un trato discriminatoriao y tienen contratos más precarios y becas de menor importancia que sus colegas masculinos. Son muy poco numerosas en las funciones más altas, incluso en las disciplinas en las que las tituladas son mayoria.
La promoción femenina debe hacerse a varios niveles o promover la investigación por, para y sobre las mujeres.
Promover la investigación por las mujeres.
Promover la investigación realizada por mujeres equivale a promover a las mujeres como investigadoras, a fin de asegurarse de que la investigación se adecúa a las necesidades de las mujeres (y de los hombres).
Aspira a una cierta paridad, es decir, la participación mínima del 40% de mujeres (o de hombres), en su caso, en todas las etapas de consulta, gestión y aplicación de los Programas Marco y de los programas específicos de investigación.
Promover la investigación para las mujeres.
Mujeres y hombres no siempre coinciden en sus prioridades en la investigación, aunque trabajen en marcos y proyectos compartidos.
Por ello la investigación para las mujeres introduce la dimensión de género en la elaboración y aplicación de los programas, de modo que las acciones clave de los programas específicos tengan en cuenta por igual las necesidades de los hombres y de las mujeres, y no se dé un enfoque andrógino a la investigación.
Científicos y científicas tienden a interesarse mayoritariamente por los ámbitos que les afectan como grupo y que conocen mejor por su vivencia personal y proyección social. Si las mujeres siguen siendo minoría, las prioridades científicas femeninas seguirán siendo marginadas y la ciencia seguirá siendo andrógina.
Las prioridades e intereses científicos de los hombres y de las mujeres no son necesariamente contrapuestos pero tampoco tienen que ser idénticos, y un grupo no puede erigirse en el modelo por antonomasia.
La importancia de desagregar los datos por género, puede contribuir a evitar los errores del pasado, que aún predominan, de estudiar sobre todo muestras o asuntos típicamente masculinos o desde la perspectiva de los hombres y extender las conclusiones a la población general, manteniendo el patriarcado en la investigación científica y dándole apoyo formal y real en la vida profesional y social.
Promover la investigación sobre las mujeres.
La investigación sobre las mujeres consiste en apoyar la investigación en acciones clave que abarcan investigaciones sobre el género como construcción social, sobre la evolución de las condiciones respectivas de hombres y mujeres, sobre la situación de éstas en el mercado laboral, sobre las dinámicas de exclusión e inclusión social, sobre las perspectivas que abren a las mujeres los nuevos modelos de desarrollo, sobre el papel de las mujeres en los nuevos patrones de gestión de los asuntos públicos y ciudadanos, sobre los avances y retrocesos en la conciliación de la vida familiara y profesional, entre otros.
Los Estados miembros han realizado esfuerzos desiguales para fomentar el papel de la mujer en la ciencia. Las propuestas del "Plan de acción en 11 puntos de Hilden" (propuesto por Jytte Hildem en 1997), han inspirado las políticas de los Estados miembros:
La Unión ha asumido estudios sobre el sexismo imperante en la estructura social de la ciencia, y ha abierto líneas de acción para promover la igualdad de oportunidades como:
Esta línea de trabajo analiza la escasa presencia de las mujeres en la investigación científica y en el desarrollo tecnológico, pues aunque son mayoría en los estudios universitarios y están cada vez más presentes en la vida económica, social y científica, su presencia en el ámbito de la ciencia y la tecnología evoluciona lentamente.
El Parlamento Europeo ha manifestado creciente interés político por la promoción de las mujeres en la investigación.
La subrepresentación de las mujeres en la investigación, no es defendible, ni permisible para la competitividad del conocimiento. Se trata de desarrollar un enfoque coherente e integrado que propicie un aumento significativo de su participación a lo largo y ancho de los Programas Marco comunitarios de Investigación.
Asimismo, se trata de impulsar en los países de la Unión Europea las políticas y prácticas más exitosas para la igualdad en este ámbito y en general.
A través de sus programas comunitarios de educación, formación profesional, redes temáticas, exposiciones ambulantes y otros, la Unión Europea ofrece la posibilidad de apoyar proyectos que promuevan la diversificación de la elección de estudios y den a la investigación científica un rostro más equitativo y menos convencional.
Los datos sobre la situación laboral de las mujeres científicas presentan una situación nada satisfactoria.
El paso de las mujeres por la carrera científica puede compararse con un tubo perforado. Tras la obtención del título, encuentran diversos obstáculos en la carrera profesional que llevan a un importante porcentaje de ellas al subempleo y al abandono de la carrera científica.
Las mujeres que permaneccen en la carrera científica sufren un trato discriminatoriao y tienen contratos más precarios y becas de menor importancia que sus colegas masculinos. Son muy poco numerosas en las funciones más altas, incluso en las disciplinas en las que las tituladas son mayoria.
La promoción femenina debe hacerse a varios niveles o promover la investigación por, para y sobre las mujeres.
Promover la investigación por las mujeres.
Promover la investigación realizada por mujeres equivale a promover a las mujeres como investigadoras, a fin de asegurarse de que la investigación se adecúa a las necesidades de las mujeres (y de los hombres).
Aspira a una cierta paridad, es decir, la participación mínima del 40% de mujeres (o de hombres), en su caso, en todas las etapas de consulta, gestión y aplicación de los Programas Marco y de los programas específicos de investigación.
Promover la investigación para las mujeres.
Mujeres y hombres no siempre coinciden en sus prioridades en la investigación, aunque trabajen en marcos y proyectos compartidos.
Por ello la investigación para las mujeres introduce la dimensión de género en la elaboración y aplicación de los programas, de modo que las acciones clave de los programas específicos tengan en cuenta por igual las necesidades de los hombres y de las mujeres, y no se dé un enfoque andrógino a la investigación.
Científicos y científicas tienden a interesarse mayoritariamente por los ámbitos que les afectan como grupo y que conocen mejor por su vivencia personal y proyección social. Si las mujeres siguen siendo minoría, las prioridades científicas femeninas seguirán siendo marginadas y la ciencia seguirá siendo andrógina.
Las prioridades e intereses científicos de los hombres y de las mujeres no son necesariamente contrapuestos pero tampoco tienen que ser idénticos, y un grupo no puede erigirse en el modelo por antonomasia.
La importancia de desagregar los datos por género, puede contribuir a evitar los errores del pasado, que aún predominan, de estudiar sobre todo muestras o asuntos típicamente masculinos o desde la perspectiva de los hombres y extender las conclusiones a la población general, manteniendo el patriarcado en la investigación científica y dándole apoyo formal y real en la vida profesional y social.
Promover la investigación sobre las mujeres.
La investigación sobre las mujeres consiste en apoyar la investigación en acciones clave que abarcan investigaciones sobre el género como construcción social, sobre la evolución de las condiciones respectivas de hombres y mujeres, sobre la situación de éstas en el mercado laboral, sobre las dinámicas de exclusión e inclusión social, sobre las perspectivas que abren a las mujeres los nuevos modelos de desarrollo, sobre el papel de las mujeres en los nuevos patrones de gestión de los asuntos públicos y ciudadanos, sobre los avances y retrocesos en la conciliación de la vida familiara y profesional, entre otros.
Los Estados miembros han realizado esfuerzos desiguales para fomentar el papel de la mujer en la ciencia. Las propuestas del "Plan de acción en 11 puntos de Hilden" (propuesto por Jytte Hildem en 1997), han inspirado las políticas de los Estados miembros:
- Igualdad de oportunidades en la investigación y en la responsabilidad de la gestión a todos los niveles.
- Más catedráticas. La cátedra ofrece una plataforma sólida en la investigación y en la sociedad. En Dinamarca, a finales de los años 90, sólo el 6% de las cátedras universitarias estaban ocupadas por mujeres.
- Igualdad en los anuncios y convocatorias de empleo de modo que no generen, a priori, mayores expectativas para los hombres (o las mujeres).
- Composición equilibrada por género de los comités de selección para los investigadores dependientes del Estado; debería extenderse a la universidad.
- Tutoría y orientación, fundamental en el doctorado para despertar nuevos talentos y nuevas expectativas.
- Informe anual sobre el progreso en la igualdad de oportunidades en la investigación.
- Mayor prioridad a la investigación sobre el género. Al parecer, las mujeres investigan en áreas que los hombres consideran menos interesantes y viceversa.
- Centro estatal de investigación sobre la igualdad de oportunidades, que incluya explícitamente la igualdad de género.
- Permiso parentales. Durante el periodo de embarazo y maternidad suelen decaer las publicaciones de las mujeres científicas. A estas y a los varones que se acogen a dichos permisos, habría que darles la oportunidad de recurperar "el tiempo perdido".
- Equilibrio entre familia y carrera profesional. No hay estudios que prueben que las mujeres sin hijos son más competentes que las que los tienen. Los hijos deben dejar de ser un problema privado y de la mujer y, no debe sancionarse la reproducción.
- Igualdad de oportunidades en todos los niveles.
La Unión ha asumido estudios sobre el sexismo imperante en la estructura social de la ciencia, y ha abierto líneas de acción para promover la igualdad de oportunidades como:
- La elaboración de estadísticas desagregadas por sexo que muestran las desigualdades y su evolución.
- La creación de redes de mujeres científicas y de grupos de expertas y expertos.
- La creación de la unidad mujer y ciencia.
- La difusión de las buenas prácticas.
- La propuesta de una cierta paridad o que exista un 40% mínimo de mujeres u hombres en todo el proceso de gestión de la ciencia.
- La inclusión del tema en los Programa Marco.
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