5.2.3. Prevalencia de chicos y chicas con alta capacidad. pag 187.
Una cuestión que suscita interés social es ¿cuántos superdotados hay?
No cabe una respuesta única ni un número fijo. La respuesta es dependen del modelo del que se parte y de los objetivos y recursos disponibles en un programa determinado.
Terman utilizó el criterio de 140 puntos o más en el tests de Stanford-Binet y con dicho criterio la prevalencia veía a ser entre el 1% y el 5% de la población.
Gagné (1993) señala que el percentil 95 o superior en rendimiento académico y el coeficiente intelectual igual o superior a 130 son valores entre los que se encontraría del 2% al 5% de la población, valores que se corresponden con el porcentaje señalado por Marland (1972) y que considera restrictivos.
Una perspectiva distinta es la de Renzulli que entiende que en el programa del triple enriquecimiento debe participar sobre el 20% de la población.
Hay más chicos que chicas diagnosticados como de alta capacidad.
Según datos que se pueden leer en libro:
En España, más de dos tercios de los diagnosticados con alta capacidad son varones, lo que en el contexto español cuadra mal con el significativo rendimiento superior que alcanzan las chicas en todos los niveles del sistema educativo. Si que encajan en los estereotipos y estrategias que sostienen la invisibilidad social de las mujeres, incluso en los países desarrollados.
Se aprecia que conforme se toma conciencia del fenómeno va aumentando el porcentaje de niñas diagnosticadas con alta capacidad, extremo que se aprecia mejor en los casos de Comunidades Autónomas que ofrecen datos sobre un mayor número de cursos académicos. En Andalucía, se ha duplicado en seis años el número de alumnas diagnosticadas con alta capacidad.
No existen datos suficientes para apreciar si a medida que aumenta la presencia de las chicas en el grupo de los intelectualmente más capaces, si dicha capacidad se mantiene o desciende en la adolescencia y juventud cuando viven con especial intensidad las contradicciones y estereotipos de género.
Una hipótesis plausible es que la mayor presencia de mujeres que de hombres en la universidad y su paulatina y sistemática elección de todo tipo de estudios, hace pensar en una mayor igualdad de oportunidades en lo académico si bien no cabe postular lo mismo en lo profesional y social.
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