1.1. Variables de entrada. pag 286.
Aunque formalmente no se insista mucho en la importancia de la entrada, ésta es decisiva para el éxito en el aprendizaje.
La práctica lo atestigua: los objetivos de los cursos cero, las repeticiones de curso, las recuperaciones, la enseñanza correctiva y otras muchas actuaciones, es precisamente que el alumno demuestre el dominio de los contenidos previos y lograr los objetivos propuestos en un determinado momento del proceso de aprendizaje, antes de proceder a la adquisición de nuevos conocimientos.
Para
un alumno el aprendizaje adecuado es como una escalera con escalones a veces
imposibles de subir. No podemos suponer que todos los alumnos que acceden al
estudio de una materia están en condiciones de abordarlo con éxito.
Por ello, López López (2004) propone tres acciones escalonadas:
- Todo profesor debe analizar si existe continuidad entre las asignaturas que la preceden y la suya. Este análisis se extiende a comprobar si se han impartido determinados contenidos y si el nivel de dominio de los saberes de cada alumno es el adecuado.
- Cuando se ignora o se duda de la continuidad, se ha de efectuar a la entrada del proceso una medición previa o pretest, que tiene la finalidad de servir de diagnóstico del nivel de entrada de los alumnos individuales a la vez que de pronóstico de resultados posteriores.
- Si se confirma que los alumnos no están bien preparados, es preciso impartir una enseñanza de prerrequisitos para el estudio de esa materia, enseñanza que puede llevarse a cabo de muchos modos y con la implicación de varias instancias.
Todos los autores vienen a confirmar que las variables que tienen relevancia a la entrada del proceso son dos:
- Una de tipo cognitivo.
Saber. La primera hace referencia a la capacidad - se distinguen dentro de este factor una capacidad general, unas aptitudes para tareas específicas y los aprendizajes previos.
Las variables cognitivas más citadas son las que tienen relación próxima con el aprendizaje: el rendimiento previo, la comprensión lectora, la aptitud académica, en resumen, la capacidad para comprender la enseñanza que mencionaba Carroll.
- Otra de tipo afectivo.
Querer. Y la segunda a la motivación, aunque hay autores que presentan el autoconcepto como una alternativa a la motivación entre las variables de personalidad.
Igualmente, en las variables de motivación se incluyen dos tipos: la voluntad para comprometerse con el aprendizaje y el interés por una determinada materia. Son variables específicamente orientadas al aprendizaje; la perseverancia, la actitud hacia la materia y el autoconcepto académico, es decir, las predisposiciones al aprendizaje.
Estas son variables del estudiante relevantes pedagógicamente, es decir, cuya presencia o ausencia puede condicionar el logro de los objetivos o de los resultados.
Algunos estudios indican que la relación entre autoconcepto académico y rendimiento académico es más fuerte que la relación entre autoconcepto general y rendimiento general.
Así pues concluiremos que las dos variables de entrada más relevantes son la capacidad y la motivación y, si hubiéramos de incluir una tercera, sería el autoconcepto académico por la relación que éste tiene con el rendimiento.
En cualquier caso, el número de variables de entrada de los alumnos, relevantes para la toma de decisiones a la hora de individualizar el proceso de enseñanza, ha de ser mínimo. Algunos autores reconocen la imposibilidad de estudiar simultáneamente todas las variables relevantes de personas y situaciones.
En la mayor parte de los programas de enseñanza adaptativa, las características de los alumnos han sido determinadas sobre la base de muy pocas variables de capacidad y/o rendimiento y/o motivación, elegidas de entre un amplio espectro.
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